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Born Warriors

Chapter 3: Treason

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Cuando todos se encontraban adentro, primero visualizaron al de cabello gris parado frente a algo.

Nadie sabía que fue lo que sucedió.

Sus ojos no podían asimilar la escena que se mostraba frente a ellos.

Lo segundo que vieron fue el cuerpo de Yamamoto tirado en el suelo en medio de un charco de sangre, tenía las piernas rotas y una cortada que atravesaba su cuello.

Kuroo corrió hacia Taketora, se hincó y con sus brazos acerco el cuerpo de su amigo a su pecho.

—¡¿Cómo fue que esto pasó?! — grito desesperadamente, lágrimas se derramaban por sus mejillas mientras abrazaba a su amigo —¡Vamos Take! No me hagas esto por favor hermano, tú eres fuerte.

Bokuto corrió a revisar las habitaciones en estado de shock, los demás lo siguieron con impotencia.

Konoha y Washio estaban recostados en sus camas, pero ambos tenían una herida de bala en su cabeza, se acerco lentamente a ellos y no pudo evitar caer de rodillas, se tapo la cara con ambas manos y las lágrimas empezaron a salir con desesperación.

Hinata sollozo mientras Nishinoya lo abrazaba.

—Todo esto es mi culpa— se culpó Atsumu — si no hubiera insistido en que fuéramos a la torre...— no podía hablar, un nudo en su garganta lo impedía, su hermano lo envolvió en sus brazos para tratar de consolarlo.

Lev se quedo mirando, no podía pensar con claridad, su cabeza estaba dando vueltas.

—¡Esto es una estúpida broma! — grito Iwaizumi, las lágrimas se acumulaban en sus ojos.

—Nada de esto está pasando. Konoha, Washio levántense, no es gracioso— la voz de Lev se estaba apagando.

Nishinoya sin saber que hacer; corrió a buscar a sus dos compañeros faltantes. En el camino observo pequeñas gotas de sangre. Sintió sus piernas pesadas y con temor siguió el líquido derramado. No estaba preparado para encontrar a Tanaka en el suelo con una navaja clavada en el abdomen y un impacto de bala en el hombro derecho.

—Yū...— lloriqueó —. No quiero morir, por favor ayúdame— con su mano presionaba la herida de su brazo.

Aun sin reaccionar del todo, se agachó y ayudo a retener la sangre que salía de su estómago.

—Tranquilo Ryū, vas a estar bien. Tienes que aguantar, mírame a lo ojos— las manos le temblaban. Ver a su mejor amigo en ese estado le estaba afectando.

Hinata llego al baño donde se encontraban y vio la escena.

—¡Chicos, Tanaka está aquí y está vivo! — grito con desesperación —tiene dos heridas, necesitamos detener el sangrando.

Iwaizumi entro al lugar corriendo, tomo a Tanaka en sus brazos. No sabía que hacer, pero por instinto salió del baño y se dirigió a donde estaban los coches. Lo subió al jeep, Nishinoya enseguida se acomodó en la parte trasera y continúo presionando la herida para que la sangre dejara de salir, Hinata se sentó en el lugar del copiloto.

Bokuto tomó el asiento del conductor, no pensaba con claridad. Todo en su mente estaba nublado, la información de lo que sus ojos recién habían visto lo estaban golpeando. Sabía que las únicas personas que podrían salvarle la vida a su amigo eran los chicos de Mastermind, sin embargo; no sabía dónde podría encontrarlos, lo que le causo frustración, hasta que una idea cruzo por su cabeza.

Los hermanos Miya entraron a la cochera y lo distrajeron de sus pensamientos.

— ¿Qué es lo que harás? En ese estado no puedes manejar Bokuto— reprocho Osamu —. Yo lo haré, pero no podemos dejar a los demás aquí, aún no logramos localizar a Suguru y este lugar ya no es seguro.

—Diles que nos sigan y que lo busquen— gruño molesto, mientras se bajaba de la camioneta y se subía atrás, con cuidado coloco las piernas de Tanaka en su regazo.

El gemelo de cabello gris se sentó frente al volante.

—Nosotros nos iremos ahora, Tanaka necesita ayuda de inmediato, ustedes tomen el otro auto, nos veremos en el edificio donde patrullamos ayer— se dirigió a su hermano.  

Asintió con su cabeza.

Iwaizumi y Atsumu fueron en búsqueda de Kuroo, Lev y Daishō.

Encontraron al mayor y al mitad ruso en la misma habitación, el pelinegro aún abrazaba el cuerpo de Taketora, continuaba sollozando.

— Necesitamos irnos, es peligroso estar en este lugar— murmuro el de cabello teñido.

—No voy a dejar a mi amigo— contesto. Miraba a la nada.

—Volveremos por ellos, pero primero debemos asegurarnos de que Tanaka sobreviva, así que levántate— tomo a Kuroo del brazo y lo jalo para tratar de hacer que se levantara.

—Si no hubiera ido a la misión, tal vez nada de esto...

—No lo digas. Yo soy el único culpable. Si estuvieras presenta en ese momento y no nos hubieras acompañado quizás incluso tú estarías muerto— lo interrumpió amargamente desviando la mirada —así que vayámonos y encontremos a esos hijos de perra que nos hicieron esto.

Kuroo soltó a su amigo que yacía muerto y se colocó de pie, aún estaba cabizbajo, Lev los observaba solamente.

—Iré a traer lo que pueda del almacén, no sabemos hasta cuando conseguiremos otro refugio. Ustedes busquen a Suguru — ordeno Hajime con varias bolsas en mano.

Los tres muchachos comenzaron a revisar todo el lugar, sin embargo; no había rastro del chico por ningún lado, parecía como si la tierra se lo hubiera tragado. 

Iwaizumi se llevó otra sorpresa cuando entro en el almacén; la comida enlatada estaba en el suelo con agujeros, la demás estaba hecha cenizas, sintió ira en su ser, corrió en búsqueda de las armas, pero no estaban en el sitio de siempre.

—¡Esto es un maldito sabotaje! — dijo cuando se reunió con sus compañeros.

Sin mas que hacer, tuvieron que abandonar su hogar.

Sabían que probablemente sería la última vez que estarían en ese lugar, así que se despidieron con lágrimas en los ojos.

En el trascurso del camino Kuroo comenzó a recordar cada una de las aventuras que había vivido en ese pequeño edificio, se sentía enojado por no haber estado con sus compañeros cuando todo ocurrió.

—¿Sabes a donde llevaron a Tanaka? — pregunto directamente a Iwaizumi quien estaba conduciendo.  

—No lo se exactamente, pero creo que Bokuto dejara su orgullo aun lado y lo llevara con Oikawa— respondió sin quitar la vista de la carretera.

—¿Quién es Oikawa? — interrumpió lev intrigado desde la parte trasera.

—Una basura.

Kuroo soltó un resoplido.

—Ni siquiera sabemos dónde encontrarlos— se quejó y coloco sus manos en su rostro —, con la situación así, no podemos asegurar que Tanaka sobreviva.

Un silencio se prolongó en el automóvil por unos segundos.

—Lo hará— Atsumu afirmo —¡Vamos Kuroo, conoces a Tanaka! Esa herida no es nada para él— trataba de ser optimista, sin embargo; realmente le preocupaba la vida de su amigo.

—Tienes razón— levanto un poco la comisura de sus labios, pero se desvaneció esa pequeña sonrisa cuando noto la sangre seca en sus manos, quería llorar nuevamente, pero las lágrimas simplemente no salían.

—Debemos ir al edificio que esta cerca de la Crow Tower, ahí veremos a los demás, esta noche descansemos en alguna casa de por aquí— hablo el gemelo viendo la ventana.

El sol se estaba escondiendo, solo algunos pequeños rayos aún alumbraban la carretera y ellos debían apresurarse a buscar un lugar donde dormir porque no era seguro estar fuera cuando anochecía, ya que cuando la noche llegaba los infectados solían comportarse de manera más agresiva.

 

**

 

Un grupo de chicos se encontraban en una habitación que tenía varias mesas distribuidas en el centro, era tarde y estaban en medio de su cena. Platicaban unos a otros amenamente.

—Solo quiero decir que tienen una buena intención, sin embargo; no podemos unirnos, es demasiado peligroso enfrentar a esas personas— dijo Kenma amargamente mientras comía de su tarta de manzana.

—Era un plan estúpido— expreso el de lentes, estaba sentado junto a su novio frente al de cabello teñido.

Kunimi entro fastidiado al lugar.

—Sé que no van a creer esto, pero tienen que venir conmigo— expreso dirigiéndose a Tsukishima y a su líder quienes lo voltearon a ver con confusión.

—¡Otra vez, no! — se quejó el chico más bajo. Dejo su tenedor y se puso de pie molesto, los que lo acompañaban en la mesa igualmente se levantaron y caminaron detrás de Kunimi.

El mencionado los guio hasta un cuarto de cómputo, donde se contemplaban varias pantallas colgando de una pared, en el centro resaltaba una que era enorme a comparación de la otras.

El de cabello castaño se sentó frente a un teclado y comenzó a mostrar los videos de la cámara de seguridad de su edificio.

Los otros tres prestaron atención a lo que se mostraba en la pantalla central, en ella se podía apreciar a dos personas hablando y haciendo señas directamente a la cámara.

—Activa el sonido— ordeno Kenma, se acercó para escuchar mejor. El otro inmediatamente obedeció.

"... Sé que están ahí. Necesito su ayuda. Mi amigo está muriendo. Necesito saber dónde se esconde Mastermind. Ustedes lo saben todo..."

Su voz se escuchaba desesperada y al borde del llanto, la piel de los cuatro que veían a través de la pantalla se erizó.

"Yo... Por favor, se los suplico..."

Kenma casi sintió lástima por Bokuto, verlo al borde del llanto y suplicando frente a una cámara le dejo un sabor amargo en la boca.

—¿Qué harás? ¿Lo ayudarás a pesar de que nos desprecia? — soltó Tsukishima.

El de cabello teñido lo ignoro completamente y salió la habitación para encarar a los dos intrusos.

Afuera del edificio se encontraba Bokuto sentado en la acera con ambas manos puestas en su cabeza mientras miraba el suelo.

—Bokuto, no creo que haya alguien aquí, debemos para el sangrado de Tanaka en vez de estar perdiendo el tiempo— expreso Osamu.

Un ruido llamó la intención de los dos, voltearon asustados, pero el peligris se relajó cuando vio a Kenma salir de una puerta.

—Están en un laboratorio subterráneo en la calle cuarenta y tres. Lo encontrarás fácilmente porque es una tienda de ramen lo que se divisa por encima. Para ser sincero no creo que te ayuden— hablo sin expresión en el rostro—, además quiero que sepas que esto no lo hago por ti, no me agradas en lo absoluto.

—¿Cómo podemos saber que estas diciendo la verdad?— pregunto molesto el gemelo por cómo se dirigió a su comandante.

—Nos da igual si le creen o no— interrumpió el rubio de lentes caminando hasta estar junto a Kenma.

—Gracias— fue lo único que salió de la boca de Bokuto.

Se puso de pie y comenzó a correr hacia donde estaba el Jeep, Osamu lo siguió de cerca, cuando casi llegaban, Hinata salto del vehículo con angustia notable en su rostro.

—¡Tanaka se acaba de desmayar! — grito alertando a las dos personas frente a él —va a morir, yo no quiero que eso pase— lloriqueo mientras jalaba al de cabello gris del brazo con mucha fuerza.

—Debemos darnos prisa, ha estado perdiendo sangre durante mucho tiempo— agrego Osamu tomando nuevamente asiento en la parte delantera, Bokuto lo siguió y sintió un dolor en su pecho al ver a Nishinoya tratando de despertar a Ryū.

El automóvil avanzó más rápido, giraron por varias calles hasta que por fin pudieron ver a lo lejos el restaurante de ramen, era un pequeño local de color blanco con luces rojas neón, se veía agradable, ya que estaba localizado en la zona adinerada de la ciudad. Al velo sintieron un pequeño alivio en su ser, sin embargo; aún debían convencer a los otros para que revisaran a su amigo.

Bokuto abrió la puerta trasera de la camioneta saco con cuidado a Tanaka y lo llevo en brazos hasta estar posando frente al restaurante, rogaba porque Kenma no tuviera razón y deseaba que Akaashi lo ayudara a pesar de haberse comportado como un total idiota con él.

Osamu se adelanto y entro en el lugar, Hinata lo siguió y comenzaron a buscar rastros de alguna persona dentro, pero no parecía haber nadie ahí.

Nishinoya decidió adentrarse igualmente y comenzó a gritar de manera desesperada.

—¡Por favor, necesito ayuda! — sin mucho éxito, comenzó a tirar las cosas que aún estaban en el mostrador —Alguien... mi amigo... se muere— farfulló mientras lloraba y se ponía de cuclillas en el suelo.

Los dos presentes lo miraron con tristeza e impotencia, habían intentado hacer todo lo que estaba dentro de sus posibilidades, ya no tenían más opciones.

—¿Quiénes son y que es lo que quieren? — interrumpieron dos tipos altos parados en una esquina del local. Llevaban escopetas y les estaban apuntando, uno de ellos tenía el cabello castaño claro con un sub-tono rosa, el otro era pelinegro y tenía grandes cejas.

Yū inmediatamente se puso de pie.

—Apuñalaron a mi amigo ¿ustedes son de Mastermind? Ayúdenlo. Perdió sangre y ahora se desmayó.

—¿Dónde está? — hablo el pelinegro volteando a los lados para buscar si había alguien más.

—Bokuto entra, tráelo rápido— soltó fuertemente el del mechón rubio.

Ni siquiera se desconcertó por el hecho de que Nishinoya le estuviera dando ordenes en cambio, solo camino hasta estar al centro del restaurante con Tanaka aun en brazos.

Los chicos con las armas se voltearon a ver con temor y luego suspiraron.

—¿Cómo sabemos que no esta infectado?

—No lo está. Solo algún estúpido le disparo— respondió molesto Osamu.

—Oikawa se enojará por esto. No podemos confiar en ellos— le susurro el de cejas gruesas a su acompañante.

—Entonces ve a avisarle que hay intrusos.

—¿Por qué siempre tienen que pasar estas cosas cuando es nuestro turno de cuidar? — se quejó en voz alta. Camino hasta perderse en la parte trasera de la tienda.

—No hagan algún tipo de movimiento, les dispararé si lo hacen— protesto agitando su arma, Bokuto noto que el tipo si sabia usar la escopeta, así que se quedó inmóvil, además no había otra cosa que pudiera hacer, Ryū necesitaba atención médica urgentemente.

Después de dos minutos llenos de angustia para los soldiers, Oikawa apareció por el mismo lugar por donde se había ido el de cabello oscuro, cuando vio al peligris una enorme sonrisa se colocó en su rostro.

—¿Pero qué ven mis ojos Matsukawa? No es otra cosa más que el mismísimo Bokuto Kōtaro frente a mí— alzo una ceja en dirección al mencionado.

—No tenemos tiempo para juegos. Sé que tu puedes ayudar a mi amigo, por favor hazlo— suplico, eso hizo que el castaño frunciera los labios y el entrecejo de manera automática y no solo porque le estaban dando órdenes.

Tōru realmente no quería ayudar a las personas que estaban delante de él. Pensó que lo mejor sería rechazarlos, sin embargo; un sentimiento dentro de él le decía que hiciera algo ¿Acaso no por eso había estudiado medicina toda su vida? ¿Se permitiría ser egoísta cuando una persona necesitaba de sus conocimientos?, se maldijo así mismo en sus pensamientos por ser tan blando. 

—Hanamaki ve al laboratorio; dile a Ennoshita y Shimizu que preparen el quirófano por qué haremos una cirugía de emergencia— hablo mientras revisaba a Tanaka apresuradamente.

Pudo notar que la herida de bala en su brazo no tenía salida por lo tanto tenían que sacar la bala, no había una gran hemorragia, así que descarto daño en alguna arteria o vena importante. Sus ojos se dirigieron a la navaja en el abdomen, se dio cuenta de que esa herida era más seria, sabía que en el momento que se retirara el arma el sangrado aumentaría seguramente.

—¿Cuánto tiempo lleva inconsciente? — preguntó viendo fijamente a sus compañeros.

—Aproximadamente unos veinte minutos— gritó Hinata.

Oikawa supo en ese momento que tal vez ya era demasiado tarde para poder actuar, pero él no se rendiría tan fácilmente.

—Tráelo y sígueme. Ellos no pueden venir con nosotros— señalo a los tres tipos —, solamente tú y el paciente— ordenó e inmediatamente comenzó a caminar hacia la puerta por donde había entrado.

Bokuto volteó a ver a sus compañeros en busca de alguna señal de aprobación y estos le hicieron saber que estaba bien, así que siguió a Tōru. Al traspasar la puerta vio unas escaleras cuesta abajo y comenzó a descenderlas al término de la escalinata había un largo pasillo y tenía poca iluminación era un poco escalofriante.

Cuando su recorrido por el pasillo dio fin se encontró con Oikawa escribiendo lo que parecía ser un código en una puerta blanca que a simple vista parecía estar blindada.

El mencionado escaneo sus huellas dactilares y el iris de su ojo derecho, así la puerta fue abierta.

Traspaso la entrada y le hizo una señal a Kōtaro con la mano para que esté lo siguiera.

Dentro había cinco habitaciones, cada una tenía un letrero indicando que tipo de operación se llevaba a cabo al otro lado de las puertas de metal.

Tōru se paró frente a una sala que tenía un letrero color blanco con letras azules que decía "Quirófano" abajo se encontraba un comunicado que permitía solo el paso a personal autorizado.

—Lo siento, pero no puedes pasar de aquí. Toma asiento en alguna de las sillas de por ahí— señalo una esquina del edificio subterráneo.

Bokuto volteó y se sorprendió al verlas, ni siquiera las había notado por la adrenalina en su cuerpo. Dos hombres altos salieron corriendo del quirófano con una camilla y le indicaron que debía recostar a Ryū, Kōtaro lo hizo de inmediato.

—Me llevaré a tu amigo y haré todo lo que esté en mis manos, pero no puedo prometerte que saldrá vivo de esto, lo que si te aseguro es que necesitará una transfusión de sangre urgentemente ¿Sabes a qué grupo sanguíneo pertenece? — hablo apresuradamente mientras se arremangaba las mangas de su sudadera.

—AB+— afirmó de manera automática. Por supuesto que conocía el tipo de sangre de su compañero, de hecho sabía el de todo su escuadrón.

—¡Vaya, realmente tiene suerte!, y para ser sincero me sorprende que lo sepas— soltó antes de perderse por las dos grandes puertas de metal.

Kōtaro se quedó de pie frente al quirófano sus ojos viajaron de un lugar a otro, no se había percatado de lo solitario y vacío que era el sitio. Tomo asiento en la sala de espera y enterró su rostro en ambas de sus manos. Estaba tan agotado, lo único que necesitaba era descansar, pero la realidad lo golpeo; tres de sus compañeros habían muerto, Tanaka estaba al borde de perder la vida, no sabia que demonios le paso a Suguru y para terminar no tenia idea de que pasaría con su familia ahora. ¿A dónde irían? ¿Qué decisión debía tomar? Todo por lo que habían peleado se acabó, los frutos de su arduo trabajo se perdieron. En ese momento quería gritar, llorar de frustración y acabar con los responsables que los dañaron. Pensó que lo o mejor sería cederle el mando a Kuroo o a Iwaizumi.

—No quiero ser inoportuno, pero ¿Puedo saber qué fue lo que sucedió? —Akaashi interrumpió los pensamientos de Bokuto sentándose frente a él.

—Supongo que me veo como la mierda para que te interese saber lo ocurrido— dijo sin mirarlo a la cara —, no te preocupes, no necesitas sentir lástima por mí, ya sé lo patético que soy.

Keiji se sorprendió. Si bien era cierto que el de cabello gris no parecía estar en las mejores condiciones, no pensó que fuera patético, quizás infantil sí. ¿Sentir lástima por él? Akaashi creyó que ese sentimiento no se había desarrollado en su persona.

—No te tengo lástima, simplemente pensé que deseabas poder desahogarte con alguien y quise ser cortes— exclamo despreocupado haciendo un movimiento con sus hombros.

—Por favor ni siquiera nos conocemos lo suficiente, no necesitas hacerlo— hablo volteando a verle el rostro, pero inmediatamente se arrepintió al ver la expresión del pelinegro, no había rastro alguno de interés, solo lo miraba fijamente.

—¿Me dirás que fue lo que paso o no?

—No, no quiero hablar de eso— expreso amargamente.

—Entonces, ¿Quieres que te deje solo? — se levantó de la banca donde se encontraba sentado. No era bueno con las palabras, pero comprendido el habiente y creyó que lo mejor sería retirarse.

Bokuto negó con la cabeza, y escondió nuevamente su rostro entre las palmas de sus manos. No quería volver a estar solo, al menos no por este momento, se sentía tan miserable y las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos.

—Solo... todo es mi culpa. Ellos me siguieron y yo no pude protegerlos, si desde un principio no los hubiera sacado de la base donde estábamos... quizás estarían con vida y aún tendrían un lugar al cual llamar hogar. Yo necesito alejarme de ellos...— se culpó moviendo la cabeza y limpiando su llanto.

Keiji no comprendía del todo lo que Kōtaro decía, pero supo que él realmente se preocupaba por sus compañeros y entendió por que Kuroo e Iwaizumi lo obedecían, después de todo no era tan idiota como pensó al conocerlo. Una sonrisa se poso en su rostro.

—Lo único que puedo decirte es que todas las cosas suceden por algo y no puedes lamentarte por no estar con tus amigos en todo momento. Para ser sincero creí que eras un cretino cuando nos dejaste en la calle el día que nos conocimos, y también creí que tus compañeros eran tontos por seguirte, pero ahora comprendo el porqué te eligieron como su líder, y es porque realmente te importan sus vidas así que no puedes darte por vencido en este momento. Ellos te necesitan y tal vez no pueden seguir adelante sin ti.

Bokuto volteo a ver a Akaashi con sorpresa e incredulidad. Jamás alguien le había hecho saber que era realmente importante para otras personas. Toda su vida había vivido solo. Tuvo una infancia difícil donde sus padres siempre le dejaron en claro que era solo un estorbo, sin mencionar que esa fue la razón por la cual entro en el ejército y se convirtió en uno de los mejores soldados, todo para poder tener un poco de afecto y aprobación de sus compañeros y jefes. 

Keiji le clavo la mirada durante unos segundos, analizo su rostro, tenia los ojos rojos al igual que la nariz, sus mejillas estaban aún empapadas por las lágrimas y le dio cierta ternura verlo tan vulnerable.

—Así que no te rindas, no por ahora al menos— le regalo una sonrisa, algo forzada y Kōtaro se sintió un poco mejor y levanto las comisuras de sus labios.

—Nadie me había motivado tanto antes, creo que tienes un don o algo por el estilo— le hizo señas graciosas con sus dedos.

Akaashi no pudo evitar soltar una carcajada y se tocó la frente como un reflejo para disimular su risa.

—¡Oh vamos! No es así, yo realmente soy malo con las palabras de aliento y esas cosas,  simplemente digo la verdad— murmuro algo apenado, comenzó a jugar con sus dedos para tratar de distraerse.

—¡Yo también digo la verdad Akaashe! Lo que me dijiste me sirvió para sentirme mejor— afirmo sonriendo ampliamente.

El mencionado noto tres cosas en ese momento; la primera fue que Bokuto dijo mal su nombre, procuraría corregirlo más tarde. La segunda es que el peligris parecía que podía ser animado fácilmente y lo último que descubrió fue que sintió cierta calidez y verdad en las palabras del mayor.

—Creo que después de todo no fue mala idea que Oikawa me mandara a vigilarte— se le escapó decir, cuando se dio cuenta de su error se llevo ambas manos a su boca.

Fue el turno de Bokuto de reír y él no lo escondería.

—No te preocupes, sabía que no era casualidad u obra del destino que estuvieras aquí— soltó mirando hacia el techo.

No alargaron su plática, solo se hicieron compañía uno al otro durante un lapso de tiempo bastante amplio. Kōtaro algunas veces observaba con detenimiento el rostro de Akaashi, podía ver con claridad el color de sus ojos, la forma en que sus pestañas hacían sobra en sus mejillas cuando miraba hacia abajo, se distrajo fácilmente y quedo fascinado con la belleza del otro.

Al cabo de unas horas la puerta del quirófano fue abierta y Tōru salió caminando de ella, vestía lo que parecía una bata azul y llevaba un gorro quirúrgico sobre su cabeza, lo único que incómodo a Bokuto fue que Oikawa parecía abatido y había rastros de sangre sobre su traje.

—¿Cómo puedo decir esto? — hablo seriamente mirando al peligris.

El mencionado tuvo temor y su rostro no lo pudo disimular, el castaño se dio cuenta e inmediatamente añadió.

—¡Tranquilo! Todo salió bien, claro hubo algunas complicaciones, pero por ahora está estable. Logramos extraer la bala sin problemas y detuvimos la hemorragia del abdomen. En este momento se encuentra inconsciente por la anestesia— explico y luego miro el reloj en la pared —, según yo, no debería tardar en despertar.

Una pesada carga pareció abandonar el cuerpo de Bokuto en ese instante. Estaba tan feliz de que su amigo sobreviviera y quería avisarle con urgencia a sus demás compañeros sobre la noticia. También estaba gratamente agradecido con Oikawa y Akaashi por ayudarle.

—Lo siento por lo que paso en la ciudad y en verdad gracias por todo esto. Sé que no tenían la necesidad de ayudarme, pero lo hicieron de igual manera y yo jamás podré pagárselos debidamente— soltó apenado, lo cual era raro en él.

Tōru se sintió satisfecho, una pequeña victoria que alimentaba su ego fue para él las palabras del peligris, así que una enorme sonrisa se mostró en su rostro, y eso no fue pasado por alto por el de cabello azabache quien solo resoplo.

—¡Aquí vamos de nuevo! — se quejo antes de menear su cabeza en desaprobación.

—¡Akaa-chan no seas amargado! Y aprecia las palabras de Bokuto.

—¿Crees que yo podría ver a Tanaka en este momento? — interrumpió su discusión.

Oikawa le clavo la mirada y asintió con la cabeza.

—Si, pero él está muy débil por ahora, si no fuera por mis grandes habilidades como cirujano él quizás hubiera muerto— dramatizo —. Sígueme, ordenaré a mis compañeros que dejen entrar a los tuyos, han pasado muchas horas y deben estar preocupados.

Bokuto se preguntó porque Oikawa parecía más amable, pero decidió no mencionar nada, más tarde conseguiría esa información, así que solo siguió al castaño hasta entrar a una habitación donde había tres camillas separadas por algunas continas. En una de las camas se encontraba Ryū recostado. Una venda rodeaba su pecho y hombro, también tenía gasas en el estómago. Camino hasta estar junto a su amigo y se acomodó en una silla.

Paso alrededor de una hora antes de que Bokuto se animara a hablar.

—¡Sabía que lo lograrías!, nunca te rindes tan fácilmente— hablo aún que el otro no lo podía escuchar o al menos eso creía.

—Esto no es nada para mí— expreso con voz débil —. Bokuto yo necesito decirte algo...

El peligris se sorprendió de que su amigo estuviera despierto y se dio cuenta de que la voz de Tanaka se quebró al mencionar las ultimas palabras, pero no quería exponerlo al peligro nuevamente.

—Por ahora debes descansar, mas tarde hablaremos. Estoy seguro de que los chicos querrán verte y necesitaras más fuerza que nunca— interrumpió a su compañero y no lo dejo hablar.

Ryū solo asintió con su cabeza, le dolía excesivamente el abdomen y pensó que lo mejor sería obedecer, estaba tan cansado que no se dio cuenta en qué momento se quedó completamente dormido.

Más tarde unas voces lo sacaron de su sueño y él lentamente comenzó a abrir los ojos, la luz de la habitación le lastimo por unos segundos hasta que se acostumbró, su mirada se posó en la persona que estaba a su lado y lo reconoció al instante.

—¡Ah, Tanaka despertó! — Hinata chillo con emoción.

Inmediatamente todas las vistas se posaron en el mencionado.

—¿Cómo te sientes? — Oikawa pregunto, tenia que asegurarse que todo estaba fluyendo correctamente.

—Como la mierda para ser sincero.

Todos en la habitación soltaron una risa y descubrieron que su compañero se encontraba bien.

—Ryū en verdad me asustaste— Nishinoya se abalanzó sobre su mejor amigo, pero se quitó en cuanto el otro se quejó.

—¿Y bien? ¿Qué es lo que me querías decir cuando recién despertaste? — hablo Bokuto intrigado, si bien había otras cosas más importantes por atender en ese momento, primero quería saber lo que su compañero tenía por decir.

Tanaka hizo una mueca de dolor y sus amigos en la habitación lo miraron con atención.

—Suguru...— guardo silencio. Sus ojos se llenaron de lagrimas y esto alerto a los demás —El maldito nos traicionó. Él fue el responsable de la muerte de Konoha y Washio.

Todos en la sala se sorprendieron ante lo mencionado, incluso Oikawa y Akaashi lo hicieron.

—¿Qué estás diciendo? — pregunto Osamu con angustia.

—Taketora y yo estábamos preparando la comida, cuando escuchamos un estruendo que provenía de la habitación de Akinori— comenzó a llorar mientras hablaba —. Corrí a ver que estaba sucediendo y en cuanto entré a la habitación los vi y ellos estaban muertos, ambos estaban muertos en sus propias camas.

Hinata tenia los ojos llorosos, escuchar lo que su compañero decía le trajo a su mente lo que vio en la habitación horas antes en su antiguo hogar.

—No supe como reaccionar, así que solo corrí a buscar mi arma, pero antes de poder llegar a la sala, sentí un dolor agudo en el brazo, cuando volteé a ver quién me había disparado— se quedó callado durante unos segundos —, ahí estaba Daishō de pie frente a mí, tenía su estúpida sonrisa de siempre y me miraba con odio, el desgraciado me apuñalo después de eso, estuvo a punto de volver a dispararme cuando la voz de Taketora se escuchó a lo lejos, y el muy infeliz guardo su arma y me dijo que de igual manera iba a morir.

Bokuto no lo podía creer, ¿Lo que Tanaka estaba narrando era la verdad? ¿La persona en la que su mejor amigo confiaba plenamente los había traicionado? No sabia que pensar, la ira se apoderó de él y apretó sus puños con fuerza.

—Recuerdo que en ese instante estaba tirado en el suelo y me arrastre hacia una habitación, entre y me quede ahí. Tenía las manos llenas de sangre y yo no sabía que hacer, tuve miedo, me sentía impotente, posteriormente todo se quedó en silencio así que comencé a gritarle a Yamamoto, pero no escuche alguna respuesta de él, no pasaron ni diez minutos cuando ustedes llegaron y me encontraron— termino de contar lo ocurrido, pero las lágrimas aún se deslizaban por su rostro.

—Ese maldito. Lo sabía, siempre lo supe. No debimos confiar en él— interrumpió Nishinoya enojado.

—¿Dónde esta Taketora? ¿Él esta vivo? — pregunto con notable angustia.

Nadie contesto, solo bajaron la mirada y Tanaka supo en ese instante que su amigo no había corrido con la misma suerte que él.

—¿Diez minutos eh? — Osamu tomo su cabeza entre sus manos y se sentó —. Si hubiéramos llegado solo diez minutos antes, él probablemente aún estaría con nosotros.

—No podemos lamentarnos por no estar con ellos, cuando todo eso sucedió— Bokuto cito las palabras que Akaashi le había dicho anteriormente —. Debemos buscar a Suguru y hacer que pague por lo que hizo, no tendré piedad con él cuando lo encuentre.

—No quisiera entrometerme, pero es obvio que ese tipo no actuó solo— Oikawa interrumpió, haciendo que todos lo miraran expectantes —. Lo más seguro es que haya escapado, si lo hizo aun sabiendo el tipo de bestias que existen afuera, eso quiere decir que tiene cómplices y un lugar al cual ir después de lo que ocasiono, es eso o simplemente es idiota y solo mato a sus compañeros sin ningún plan en manos.

—Tiene razón. No lo conocemos, pero no creo que los atacara solamente por su gusto, alguien debió ordenarlo— añadió el pelinegro.

Los soldiers se quedaron pensando unos instantes.

—¡Ustedes en verdad son asombrosos! Llegaron a esa conclusión en cuestión de minutos— grito Shoyo con emoción.

—Nosotros nos encargaremos de hacerles pagar por esto, no descansaré hasta destrozarlos— hablo Tanaka.

—Primero debemos reunirnos con los demás, deben de estar preguntándose qué paso contigo— sonrió en dirección al que estaba vendado —, también quiero saber si encontraron a Suguru.

Notes:

HACKERS:
1. Tsukishima kei.
2. Yamaguchi Tadashi.
3. Kozume Kenma.
4. Komi Haruki.
5. Kai Nobuyuki.
6. Kunimi Akira.
7. Goshiki Tsutomu.
8. Yachi Hitoka.
9. Suna Rintarō.