Chapter Text
Disculpen cualquier falta de ortografía que puedan llegar a encontrar.
El escudo impactó contra la pared de metal rebotando y regresando a Steve.
-Cuidado Capitán, dudo mucho que quiera perder otro Omega
El ambiente se cargo del aroma agrio del Alfa quien levantó la mirada encontrando al Alfa Alexander Pierce observándole desde la ventana de vidrio que lo protegía de los Vengadores.
SHIELD dió una misión, y en su desesperación por hacer algo, por ser útil, el Capitán América no dudó en tomar dicha misión, lastima que como hace dos años atrás aquel enemigo que había atacado a su manada regresó, en esta ocasión regresaron a tiempo, y sin embargo Bucky había sido apartado de ellos sin poder hacer nada.
Día tras día, mes con mes la manada no descansaba en buscar a los dos Omegas desaparecidos y el pequeño Alfa, y día tras día y mes tras mes, no encontraban nada, como si los tres hubieran desaparecido.
-Pierce…
-¡Oh! créame Capitán, su odio no es para mi, en realidad, le aseguro usted y el resto de su manada estará…en deuda con nosotros
Ahora, y con terror de perder otro miembro más Steve decidió que, a cada misión que iban, a cada misión que todos, sin excepción alguna, viajaban. No iba a dejar a nadie atrás, no iba a separar a su manada, a los que quedaban aun.
Steve entrecerró sus ojos con sospecha.
-¿Nosotros?
-Hagamos un trato, Capitán
El rugido del Alfa resonó en la pequeña cabina donde se encontraba encerrado, el tiempo le había enseñado a no confiar en nadie a excepción de su manada, SHIELD por ejemplo, era el peor de todos.
-Un trato-Steve sonrió-¿quiere que haga un trato con usted? ¿Qué es esto Pierce? Hace unas horas usted nos envió a esta base, y ahora…
-Vamos Capitán, es lo suficientemente inteligente para descifrar todo, en realidad creo, podemos dejar nuestras apariencias
Así que con eso estaban. Steve se enderezó, relajando su postura de ataque y solo…limitándose a ver al hombre.
-Entonces ¿qué es lo que quiere? ¿Qué me una a ustedes?-se burló-ya se lo dije, no lo haré, nadie en mi manada, es mejor que desista Pierce o le prometo que la próxima vez dejare que Wanda y Stephen jueguen con ustedes
-Aunque admito, los poderes de la señorita Maximoff y el doctor Strange no son…mis favoritos, ciertamente usted no los dejara
-¿Y por qué esta tan seguro?
-Porque usted quiere saber donde esta su Omega ¿no es verdad?
-V-
La puerta de la celda se abrió de golpe, el ruido sordo apenas sobresaltando al cachorro al interior, sentado recargado en la pared del fondo los ojos oscuros se centraron en la entrada, un suspiró de fastidio salió de los labios del menor y su atención regresó al frente ignorando su visita.
-¿Cómo esta mi chico favorito?
Ransom resopló, levantando el dedo medio de su mano sin mirar al recién llegado.
-Ya veo, amaneciste de mal humor
-¿Qué te importa?
-¡Oh! no, no, no cariño, esas no son formas de tratar a tu anfitrión, recuerdas nuestro pequeño trato ¿cierto?-el menor se tensó, la agria mirada que la visita recibió fue de llena de odio-si, ya veo, entonces…nada de malos modales ¿estamos?
A Ransom le dolía la mandíbula de tanto estar apretándola, todos los días era lo mismo y él ya estaba cansado de ello, solo esperaba el día en que su padre y la manada los encontrarán y entonces, entonces no dudaría en tomar aquella arma que el hombre portaba y darle un tiro, no, en realidad eso seria después de lastimarle, quería escuchar sus gritos pidiendo perdón por todo lo que había hecho en este tiempo, quería verlo arrastrarse en el suelo rogando que le mataran, quería verlo humillado así como humillaba a su madre y a él, lo deseaba tanto.
-Sabes, esa energía podrías utilizarla muy bien afuera, ya sabes, el trato sigue abierto
-¡Pudrete!
El ruido de las cadenas resonó cuando se movió, la argolla al rededor de sus tobillos y muñecas le detuvieron de acercarse al hombre, la risa del otro ante sus inútiles forcejeos por liberarse lo irritaron aun más.
-Ransim, Ransim, Ransim, mi niño…sabes que tu madre no te educo así, mucho menos para que fueras tan…violento
Pudo sentir el sabor salado de sus lágrimas cuando escaparon de sus ojos, frustración, enojo, vergüenza, odio.
-No te atrevas ¡No metas a mi madre en esto!
-Bueno, si tu lo dices…pero te aconsejo te detengas porque…¿o es que ya olvidaste qué día es hoy? claro, a menos que no desees verle
El forcejeo se detuvo, la atención de ambos se dirigió a la entrada cuando el sonido de burlas y risas se escucharon.
-Soy un buen anfitrión, no lo olvides, tienes una hora-unos metros, solo…unos metros y podría…él podría…-y con esto espero aprecies mi hospitalidad
Apenas unos segundos, las piernas de Ransom no lo sostuvieron más tiempo y terminó arrodillado en el duro suelo, un sollozo desgarró su garganta y apenas logró ver a la persona que entró a la celda, las lágrimas no fueron de gran ayuda.
Ahí, bajo la oscuridad de la celda una figura gordita y baja se acercó, con movimientos lentos y temblorosos desplazándose en sus rodillas y manos con la mirada puesta en el suelo mientras su cabello largo castaño opaco cubría el rostro del Omega de su manada, Tony Stark, su madre.