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Pepper paso el peine sobre cabello color chocolate, después hizo una pequeña trenza cerca de la frente para llevarla hacia atrás y atarla junto a un moño. Al final tomó un adorno de pequeños diamantes rojos y azules para ponerlo encima del moño.
Asintió satisfecha y vio entonces hacia el espejo. Al ver el rostro de su amiga, sonrió entretenida ante su mirada nerviosa, acarició sus hombros cubiertos por una bata de satén color crema.
—Esta bien. Te ves hermosa.
Natasha resoplo.
—Eso lo sé, solo…
—Entiendo. Es normal las novias tengan nervios el día de su boda.
La castaña cerró los ojos.
—Me da miedo salir, estar caminando hacia el altar solo para descubrir él no está allí.
Pepper rió divertida.
—Tasha, ese hombre te ama. Jamás haría algo así… Además, James esta afuera asegurándose todo vaya bien.
La vio asentir varias veces, entonces escuchó como comenzaba a resolver ecuaciones en un intento de calmarse.
Eran pocas las veces en que la gran Natasha Stark se ponía tan nerviosa. Pepper se burlaría de ella por eso en el futuro.
—Quizás deba irme, porque… esto debe ser un error. Dios ni siquiera llevamos un año saliendo y ya estamos haciendo esto y ya sabes… no quiero ser la mujer de la cual el capitán américa se divorcio —dijo, lanzandole una mirada.
Rió y negó con la cabeza.
—En primer lugar, si mal no recuerdo tu fuiste quien se lo pidió, Rhodey y yo te dijimos que esperaras un poco más, pero bueno, luego entendimos lo especial que es lo que tu tienes con Steve. Tu no eres de las que se preocupan por el que dirán… aún así, se están casando por bienes mancomunados —bromeó con cariño.
Tasha la miró con ojos enrojecidos a través del espejo, luego alzó su mano para entrelazar sus dedos sobre su hombro.
—Gracias.
—No tienes nada que agradecer, Natasha. Te quiero y siempre estaré aquí para ti —declaró con cariño, feliz por Tasha y Steve.
Sus ojos se llenaron de lágrimas.
—Te quiero mucho, Potts.
Sonrió enternecida y se inclino para besar su cabeza.
En ese momento, Natalia Romanov y Janet Van Dyne entraron con bolsas y estuches de maquillaje.
—Nuestro turno —dijo Janet, con una sonrisa brillante y entusiasmada.
—Deberías ver a Rogers, no deja de dar vueltas en el pasillo mientras repite sus votos en voz alta una y otra vez —comentó Natalia con un marcado acento ruso. Señal de cuan divertida se sentía.
Pepper rió, apretó la mano de Tony antes de dejarla.
—Las dejo en sus manos, iré a supervisar los últimos detalles. —Después de todo ella había organizado la boda sin que siquiera Tasha se lo pidiera.
Janet rió divertida.
—Por favor hazlo. Y dile a Rhodey se quite la armadura.
Se detuvo en seco.
—Oh, no lo hizo.
—Oh, lo hizo —respondió Natalia con una sonrisa que hablaba sobre como amaba ver el mundo arder.
—Ese es mi Rhodey —se jacto Natasha.
—Pobre Steven, iré a charlar con él. —Apostaba estaría hiperventilando, algo que lo haría verse todo rojo y sudado, arruinaría las fotos y eso Natasha jamás se lo perdonaría. Ni a ella ni a Steve.
En la puerta, apunto de salir, a Pepper se le ocurrió algo.
—Jarvis, no dejes que Tasha entre a la armadura. —La miró sobre su hombro—. No te casaras en la armadura.
Natasha abrió los ojos sorprendida. Pepper entrecerró la mirada.
—¿Cómo… ?
—Te conozco, Stark. Sales afuera en armadura y no podrás culparme por lo que te haré.
Afortunadamente había pensado en eso, porque si por Natasha fuera le pegaría el velo al casco y se casaría así. Eso difinitivamente no ocurriría en su turno, la boda podría ser sencilla y privada, pero sería perfecta.
Tasha chasqueo la lengua.
—Esta bien… —masculló.
Aún sin confiar, le dio una mirada a las otra dos mujeres.
—Vigílenla.
—Créeme, me asegurare use ese vestido y no solo porque yo lo haya diseñado… —dijo Janet, cruzandose de brazos y mirando con seriedad a Natasha.
Natalia asintió en su dirección.
—Ve tranquila.
—Aguafiestas —dijo Tasha.
Pepper sonrió más tranquila y salió a buscar al nervioso novio.